Juro que no quería escribir nada sobre este tema. Se me pasó por la cabeza mil veces, pero escuché tantas pavadas que prefería no sumarme a la típica indignación pasajera.
Ahora todos sabemos cómo hay que tener un boliche, cómo hay que ir a un recital, cómo hay que comportarse ante emergencias, cómo es el mundo del rock....cómo son esos “callejeros”. Todos lo sabemos, todos lo supimos siempre....y nunca hicimos nada.
¿Alguien dudaba que a los recitales se entra con lo que se quiera, por mas que haya mil controles?
¿Alguien dudaba que en los recitales el público enciende bengalas, por mas que el lugar sea cerrado?
¿Alguien dudaba que la ocupación real duplica, triplica o cuadruplica la capacidad habilitada?
... y que las puertas de emergencia están cerradas porque si no la gente pasa sin pagar?
...entonces de qué nos sorprendemos?
Yo me sorprendo porque no pasó nada desde Keyvis (hace casi 10 años) hasta el último 30/12.
Me sorprendo porque todos sabíamos que estas cosas podían pasar y no hacemos nada.
Habrá que esperar que un colectivo de larga distancia vuelque para que nos enteremos que los choferes trabajan 25 horas por día en temporada?
O que un petrolero se hunda en mar argentino para enterarnos que se navega por agua argentina sin autorización?
... algún desastre en alguna fábrica? ... una tragedia en un estadio? ...un incendio en Patagonia?
¿Sigo? ...porque hay mas, mucho mas.
...y más! ...y más! ...y más! Como decían en todo por 2$. Porque no se si es por 2, por 4 o por más, pero hasta Gieco se dio cuenta justo ayer que todo es cuestión de plata!
Qué la indignación popular sirva al menos como memoria a las víctimas de turno. Porque le tocó a ellos, mañana le toca a cualquiera, pasado nos indignamos y la semana que viene sigue todo igual.
